El chocolate, un optimo compañero que siempre esta ahí, celebrando las alegrías y amortiguando las tristezas, nos ayuda a liberar las endorfinas y la serotonina (conocidas como las hormonas de la felicidad). Aunque su principal razón para consumirlo sea el placer y este arrastre una mala reputación, debemos apuntar que  es un alimento rico en fósforo, magnesio, hierro, potasio, calcio, zinc, cobre, manganeso, vitaminas A, B1, B2, B3, C, E, etc.

Propiedades con las cuales ya se beneficiaban muchas culturas desde tiempos inmemorables como los aztecas. En el siglo XVIII, a las monjas se les prohibió su consumo , ya que era considerado demasiado estimulante.

Realmente su mala fama es consecuencia de que conlleva gran cantidad de azúcar refinada. Si realmente te sientes una yonki del chocolate y terminas pegándote grandes a atracones deberías, saber que el chocolate amargo o semi-amargo no es tan nocivo, al contrario el chocolate amargo mejora la circulación cardíaca y, además, tiene un contenido bajo de colesterol, lo mas que te puede ocurrir si te pasas ingiriendo chocolate negro, es que te produzca un efecto laxante.

Para los mas forofos, aquí os dejamos una serie de lugares turísticos, donde el chocolate se ha convertido un gran reclamo;

• El Teatro del Chocolate y el Cine del Cacao, incluidos en el tour de la fábrica Zotter, en Austria.
• El famoso Eurochocolate, que inunda las calles de la ciudad italiana de Perugia cada otoño.
• Museos como el Halloren, en Alemania, o el Museo del Chocolate y el Cacao en Bélgica, rinden homenaje a esta delicia mostrándonos en el proceso de elaboración.
• El museo del chocolate en Barcelona, cuyas paredes encierran todo tipo de esculturas y obras de arquitectura modeladas a base de chocolate.
• En Suiza, cuna del chocolate, el Tren del Chocolate recorre los rincones del país a través de un peculiar viaje que termina con una degustación en la fábrica de Cailler.

Bombonería pastisseria Barcelona