Las ya famosas ”llevantades” del Maresme hacen temblar a los hoteleros de la zona y cada año por estas fechas miran al mar para suplicarles que después de una semana santa bastante respetable, la temporada de inicio de verano continúe tranquila.
La subida del nivel del mar, los espigones y la falta de sedimentación de las rieras está provocando que el nivel del mar cada año sea más alto.
La poca inversión que se destina a repoblar estas playas de arena y los ayuntamientos que intentan hacer oídos sordos a este problema hace que los perjudicados más directos sean los hoteles de playa costa Barcelona Maresme. La zona destinada a las toallas cada vez es más reducida e insuficiente y los vecinos se deben hermanar y juntar sus toallas a pesar de ir ligeros de ropa. Vida de pueblo y sin pudores !
Poblaciones como Blanes o Malgrat se han volcado en crear locales de ocio para seguir atrayendo a turistas y después de años de problemas con los vecinos por el estado en que los jóvenes dejan calles y avenidas, todavía no se dan cuenta que invertir en un turismo de calidad más familiar les ahorraría hacer un gasto exagerado en la limpieza de calles y destrozos en el mobiliario urbano y con ello podrían mejorar el estado de las playas.

Los habitantes de estas poblaciones cada año se preguntan lo mismo:
¿Llegará este año la arena?
Según las administraciones en las 27 playas del Maresme hay que construir 22 espigones y diques repartidos a lo largo de los 47 kilómetros de litoral así como una aportación urgente de más de 3500.000 metros cúbicos de arena.

Todavía quedan unos días para verlo, pero por el momento, las discotecas de la costa ya se frotan las manos, los chiringuitos ya incluyen barriles de cerveza a bajo precio y todo parece indicar que un año más la arena brillará por su ausencia y la cerveza formará parte del recuerdo que los ansiados turistas se llevarán de nuestras hermosas playas.